viernes, 27 de febrero de 2015

Comentario Magistral: La Historia de Lisboa.






TITULO: LA HISTORIA DE LISBOA
Año: 1995
Duración: 100 min.
País: Portugal
Director: Wim Wenders
Guión: Wim Wenders 
Música: Madredeus & Jürgen Knieper
Fotografía: Lisa Rinzler
Reparto: Rüdiger Vogler, Patrick Bauchau, Teresa Salgueiro, Vasco Sequeira, Manoel de Oliveira
Productora: Coproducción Portugal-Francia-Alemania; Road Movies / Filmproduktion
Género: Drama





Basicamente y muy a grandes rasgos el filme gira en torno a un cineasta alemán llamado Friedrich (Patrick Bauchau), quen pide uno de sus colegas y amigos, ingeniero y especialista en sonido (Rüdiger Vogler), que se reúna con él en Lisboa para la grabación de una película, la cual es prácticamente muda y pretende hacerlo con una vieja cámara de manivela. La cinta comienza con una serie de postales apiladas, entre ellas se encuentra una de ellas con esta petición que simula un S.O.S de atención inmediata, así que sale de inmediato para encontrarse con él. Al llegar a la ciudad de Lisboa se da cuenta de que su amigo y director ha desaparecido, lo único que le deja, es un conjunto de cintas con imágenes carentes de sonido. 



Es así como este ingeniero en audio recorre feroz e incansablemente las calles de Lisboa grabando y recolectando los sonidos que hacen falta para completar y complementar el filme.
La historia parte de la fascinación que tiene el director por la ciudad de Lisboa y por el gusto que despierta en él un grupo denominado Madredeus, a quienes decide incluir dentro de su cinta, dándoles un importante lugar y brillo.   El resultado es sencillo, efectivo y sin duda alguna logra conmovernos, divertirnos, entretenernos y cautivarnos.




A mi parecer lo realmente significativo de este filme se encuentra inscrito dentro de la expresividad de sus imágenes y ambientes, es toda una experiencia contemplativa que va mucho más allá del argumento de la película. Se nota que el director es fanático de la poesía y la música, es hermosa la manera en la que logra una correspondencia de tonos y colores de principio a fin, utilizando amarillos y azules nos brinda acentos luminosos o proyectar sombras dramáticas, todo esto para adecuar la escena y ligarla con los sonidos, dentro de una ciudad que parece ser una de las protagonistas que más brillan y cautivan.  La película se desplaza y se desenvuelve frente al espectador de manera sumamente relajada, fluye sin problemas y no parece estar para nada forzada. El lenguaje de sus imágenes es muy cercano y humano, no está exagerado o sobre producido, aunque cabe destacar que sus fotogramas son simplemente asombrosos.

Estos elementos ayudan a crear ese vínculo, la cercanía que es capaz de atrapar y sumergir al espectador dentro de esta metáfora cinematográfica que gira en torno a esta ciudad llena de guiños al pasado, de ambientes que atrapan, de escenas que son capaces de resonar con quien las mira y despertar sus sentimientos.




Sin duda alguna los sonidos de la ciudad, el coleccionista de los mismos, La voz y melodías que entona la cantante, todo esto en su conjunto, direcciona y marca las pautas dentro del camino, son el eje conductor primordial, luego están los contrastes entre los tonos cálidos en amarillos y los fríos en azul, que nos acompañan en todo momento y están siempre presentes, correspondencias constantes y siempre a cuadro. Esta película es una clara referencia que homenajea al CAMERA MAN, alude a toda esta construcción a partir de ambientes conformados mediante estas metáforas visuales. Se busca destacar la personalidad y brillo único de la ciudad, de reflejar y construir una identidad a partir de ello. Se manejan varios FADE IN Y OUT, a veces se inscriben las imágenes dentro de un circulo y se marcan los cambios de escena, otras ocasiones se utiliza este mismo recurso para direccionar la mirada del espectador y focalizarla en cierto punto o detalle.

Salen a relucir de manera constante reflexiones que se centran en las particularidades que conforman un lugar, lo que brinda esa esencia e identifica frente al resto, todo esto a partir de imágenes y sonidos que nos ayudan a adentrarnos en la historia, a vivir y a experimentar todo cuanto acontece frente a nuestros ojos. La historia logra conmovernos y demuestra tal cual se dice en la pelicula que los sonidos también brillan.


domingo, 15 de febrero de 2015

Magistral II: El Hombre de La Cámara.



Película: El Hombre de La Cámara.
Director: Dziga Vertov.
Año: 1929





La película comienza como un experimento que tiene la intención de alejarse de la literatura y del lenguaje teatral. A mi parecer aunque de cierta manera si logra su cometido de percibirse menos exagerada y teatralizada su cercanía con la literatura es innegable, ya que se apoya y sustenta de principio a fin en elementos propios de la lingüística y la retórica, además de que usa varias alegorías y metáforas para apoyarse y construir su discurso.


La primera secuencia de la película nos muestra al hombre de la cámara y a una gigantesca cámara, que invade la toma con su exagerado e irreal tamaño, grandiosa y omnipresente, se erige desde el centro y parece observarlo todo, se representa a ambos dentro de un mismo plano. El hombre de la cámara es la presencia que controla, manipula y da vida a esa máquina, y la enorme cámara parece dotar de cualidades fuera de este mundo a ese individuo, le brinda al ojo humano el poder de ver más allá de sus capacidades, es así como se consolida y nace un ente fusionado: la cámara-hombre, nada se escapa de su mirada, juntos observan desde lo alto, todo lo que sucede en la ciudad.


La segunda secuencia gira en torno a un teatro, esta comienza y retrata los preparativos necesarios para la proyección  del filme del hombre de la cámara. De entrada parecería que se introduce al espectador a este ambiente a manera de ambientación descriptiva del espacio propio de la sala de proyección, de enseñarnos y mostrar los elementos y características, sin embargo a medida que avanza la escena las imágenes mostradas comienzan a mostrar tintes subjetivos que se alejan de la realidad, pues el teatro parece cobrar vida propia, los asientos se bajan a voluntad, como alistándose para recibir al público, casi como si el teatro despertara para invitar a los espectadores a la experiencia del cine, pareciera que es el mismísimo teatro quien recibe y coloca al público en su interior. Mientras esto sucede podemos ver al hombre de la cámara operando y manejando la proyección del filme. También se muestra al director de orquesta, se representan por medio de planos a cada uno de los instrumentos, en espera de las órdenes del mismo para poder iniciar la ambientación musical.


En la tercera secuencia podemos ver como la cámara va acercándose a una ventana, como si se tratara de un voyerista que desea echar un pequeño vistazo. Al mismo tiempo se puede ver como se encuentra la ciudad, hay una mujer que yace plácida sobre su cama, mientras tanto varios indigentes duermen en la calle, pareciera que la ciudad entera se encuentra dormida profundamente, en una letanía de la cual no desea despertar, es una imagen visual, una metáfora que parece comparar a esta mujer con la ciudad, transformándola en la representación de la misma ciudad.


Más adelante se nos presentan las partes que conforman a esta mujer, podemos observar parte de su brazo y mano, una parte de su espalda y torso, el espectador puede deducir esto por las delicadas y suaves formas, las delgadas cejas y el cabello. Es como si se buscara generar cierta expectativa  a través de mostrar estas partes del personaje.


Se muestran negocios y locales cerrados, a indigentes durmiendo, todo esto nos transporta e indica que estamos viendo las primeras horas de la mañana, a posteriori se muestra como el hombre de la cámara es recogido por un auto, que parece llevarlo a recorrer la ciudad, como si se tratara del inicio de una búsqueda de imágenes, para retratar la vida cotidiana y capturar la movilidad, el ánima, la esencia y el corazón de la ciudad.


Con la imagen de un tren se marca el inicio de las labores y el momento de despertar. La mujer despierta al mismo tiempo que la ciudad. Después se muestra como la cámara cambia de ojo. El hombre de la cámara coloca un lente más grande, parece ser algo parecido a un telefoto, como si estuviéramos frente a la sorpresiva aparición de un ojo fílmico, capaz de llevarnos más cerca, de adentrarse aún más, se llena casi que el cuadro entero, se muestra a un ojo observando a la gente.
Se sigue mostrando a la mujer en paralelo con la ciudad, ambas se bañan y se secan, la mujer se limpia el rostro y se seca, abre y cierra sus ojos de esta misma manera se simulan estos movimientos al mostrar como dentro de la ciudad se abren y cierran unas persianas. A mi parecer esto también hace referencia a la apertura del ojo, que se prepara para observar y adentrarse a esta ciudad. El hombre de la cámara continúa su viaje, llevando la cámara a sitios donde el ojo humano no puede llegar, buscando nuevas presas para este grande y poderoso ojo. Podemos observar aviones que inician el vuelo, la entrada y salida de camiones y autos también. Finalmente se despierta y empieza a moverse la ciudad.  





Aparece frente a nosotros el ojo dentro de la lente, se consolida un nuevo ser, el lente y ojo se fusionan y se vuelven uno mismo, dando lugar a un ojo más efectivo y potente, es el nacimiento de una mirada sin límites, se retrata esta idea futurista e innovadora, que alude a la sensación que se despierta a través del descubrimiento y la experiencia que se alcanza cuando se unen máquina y humano. Para concluir con la secuencia, se despiertan los indigentes y la ciudad se encuentra viva y en movimiento, aparece una leyenda que cierra la escena y deja ver claramente la metáfora que compara y liga a la mujer con la ciudad de San Petersburgo.
Todos los espacios vacíos o cerrados ahora se encuentran habitados, las fabricas están llenas de movimiento y acción, las puertas se abren, todos los personajes y elementos pareciera que se mueven más rápido de lo normal como queriendo adelantar el tiempo para que finalice el día y llegue de nuevo la hora de descansar y reposar. Podemos observar multitudes de personas que vienen y van. Se compara el movimiento del tren y el movimiento del hombre de la cámara, cuando este baja sobre una carroza.


Más adelante el director decide congelar varios de los fotogramas, como si fueran pausas en las que se detiene el tiempo, se muestra a una mujer dentro de una fábrica con máquinas, ella va pegando estos fotogramas uno tras de otro, a la vez que se hace referencia a estas imágenes se marca el inicio de movimiento de la ciudad, justo cuando comienzan a mostrarse estas imágenes cada vez más rápido y se retoma el ritmo original.


Una vez más el hombre de la cámara tiene su cámara fija sobre la ciudad, disminuye el  ritmo de la película, esto nos indica que algo está próximo a suceder. Nada puede escaparse a este ojo-lente, las personas entran y salen a voluntad, el matrimonio que se casa es presa de este gran y poderoso ojo. La cámara y la ciudad se comunican y están enteradas de todo lo que sucede. Más adelante junto con el divorcio, y el hombre, se muestra claramente cómo se fragmenta la ciudad. Se muestra a varias personas, mujeres, que ocultan su rostro, se alude y se hace referencia a la muerte y a lo trágico.
Poco después se muestra el nacimiento de un bebe y otra mujer contrayendo matrimonio  como queriendo nivelar lo descrito anteriormente, dando un respiro al espectador y dejando entre líneas que todo es cíclico, que la vida se reinicia y que hay esperanzas al final de reencontrarse con una posibilidad y sitio mejor en algún momento.


Tras ese incidente podemos nuevamente avistar al hombre de la cámara, solo que esta vez se encuentra disuelto entre la ciudad que ahora se encuentra dividida, está acomodando su cámara, preparándose para filmar algo nuevo.

Los flujos bruscos de multitudes de personas o maquinas en movimiento parecieran aludir al flujo que se vive al medio día en las ciudades, cuando están totalmente funcionando: despiertas. Más adelante se muestra a la cámara solo por momentos, como para recordarnos que sigue presente, retratando y recopilando lo que sucede en la ciudad, como testigo de los sucesos de la cotidianidad humana. Se compara el trabajo humano y el trabajo de las máquinas, como si se tratara de una competencia para descubrir quien posee el mejor rendimiento. Se pueden observar telefonistas, empacadoras de cigarrillos, mujeres maquillándose, una máquina de escribir, un hacha a la cual le están sacando filo, bomberos alistándose, un pianista, se compara a la humanidad con una multitud de hormigas que se desplazan a un ritmo acelerado, se retrata la vida urbana, el hombre de la cámara nos lleva hasta las raíces, a las profundidades que cimientan esta agitada urbanización. Nos introduce a las minas, nos lleva con los obreros que construyen los túneles, a las calderas, el agua que se desplaza, la cámara se levanta en una plataforma, una vez más se refuerza esta idea de permanencia y de alcance sin límites, no hay nada que pueda esconderse de la cámara.


Más adelante se cambia de nuevo el ritmo de la película, la cámara nos muestra otro lado de la humanidad, la playa, lo bohemio, el entretenimiento, la diversión el espectáculo en las calles, el deporte, es como si se detallara y describiera cada uno de estos momentos, para marcar la aparición de los mismos, instantes de evidencia. Se utilizan movimientos más pausados y lentos, como para mostrarnos estas escenas con mayor detenimiento. Más adelante se equiparan los movimientos de un carrusel, de bailarinas y deportistas, se acelera de nuevo el ritmo y se retrata de manera paralela el movimiento.


Se presenta de nuevo el hombre de la cámara sobre la ciudad, como si se tratara de un dios colosal por encima de todo y de todos. Y también se retrata un jarro de cerveza, el líquido se escurre, la cerveza, el barman y las mesas, se retrata la soltura, la borrachera y la fiesta. Por momentos pareciera que esta pierde su estabilidad.





Se nos muestra por medio de una secuencia de stop motion a un tripie acercándose al maletín de la cámara, y como esta se posa sobre la misma, para llevarnos de regreso al teatro donde se proyectó la película, una vez más se hace referencia y se refuerza la imagen metafórica de la cámara-hombre, de cómo esta cobra vida y lleva a las capacidades humanas a paramos insospechados. Los verdaderos espectadores de esta magia somos todos  aquellos que estamos fuera de la cinta, que somos testigos de esta aparición y sorpresiva revelación. Por ultimo las imágenes se alejan de la realidad, esta puede manipularse a diestra y siniestra, a voluntad de la cámara, las imágenes dejan de retratar la realidad, se crean nuevas posibilidades, se da paso a la última secuencia de la película, aparece nuevamente el lente-ojo y una leyenda que dice: puedo estar en todo lugar y puedo observarlo todo.

 Es muy interesante la manera tan singular en la que el director dispone las imágenes, el uso de agilizar, congelar y alentar la manera en la que nos muestra las imágenes para hacer referencias temporales dentro de la película, y como construye esta narrativa a partir de comparaciones y relaciones paralelas entre sujetos, elementos, objetos, escenas y momentos a lo largo de cada una de las secuencias. Como va construyendo un sólido y claro discurso a través de este juego de imágenes que retratan la novedad, la intensidad y la fuerza de lo que significo en aquel momento el poder crear un nuevo lenguaje, alejado del mero retratar de lo cotidiano, dando lugar al nacimiento de nuevas vetas y posibilidades expresivas y comunicativas.

Magistral I: Koyaanisqatsi.



Película: Koyaanisqatsi
Guión: Ron Fricke, Michael Hoenig, Godfrey Reggio, Alton Walpole
Año: 1983 Duración: 87 min.
Origen: USA
Director: Godfrey Reggio
Banda sonora: Philip Glass





Koyaanisqatsi es un antiguo vocablo que proviene de los indios Hopi, se usa para expresar o entenderse como: “la vida fuera del equilibrio”.

Según las profecías Hopi al excavar las riquezas de la tierra estamos invitando, provocando y acercándonos a un inminente desastre y por otra parte describe que a medida que nos acercamos al día de la purificación se formaran telas de araña que abarcaran el planeta de un extremo a otro, finalmente algún día sera arrojado del cielo un receptáculo de cenizas que calcinaran la tierra y evaporaran los océanos.





Es alrededor de esta idea como se construye la película, en esta se trama y construye un escenario narrativo a partir de imágenes, se apoya en una técnica cinematográfica que consiste en acelerar las imágenes hasta crear un verdadero efecto de inmersión, dinamismo, llenando de vértigo al espectador hasta adentrarlo en un loop y una atmosfera muy particular, lo cual se logra de manera muy sencilla con el apoyo de la magnífica banda sonora del maestro Phillip Glass.


En la película se sustituyen las telarañas de la antigua Araña descritas dentro de la profecía de los Hopi por el hombre moderno, el caos que deviene y pertenece a la humanidad, su insaciable capacidad destructiva y avallasadora, la manera en la que moldean el espacio y lo adaptan a su antojo, ya sea erigiendo inmensos edificios y rascacielos, elevando fábricas, perforando la tierra, tejiendo cables que recorren y abrazan sus ciudades.




Toda la primera parte de la película podría compararse con la sensación que podría devenir si el hombre fuera capaz de volar y surcar los cielos, es un recorrido visual lleno de majestuosas y grandiosas escenas que retratan la belleza natural de la tierra.


La película está cargada de elementos que demandan la atención del espectador, busca provocarnos, nos relaja y a su vez nos sacude, todo esto por medio de su narrativa audio-visual, por medio de este infalible y efectivo dúo logra adentrarse y conectarse con las fibras más profundas de la existencia humana, casi que se comunica a un nivel instintivo, que nos revela nuestra parte más animal y despiadada, retratando los extremos más radicales y nuestro lado más oscuro. 


Es sin lugar a dudas una poderosa metáfora que expone de manera drástica y dramática lo que hemos hecho con el mundo que habitamos, donde reina el caos y el desequilibrio, donde convivimos con una naturaleza que nos ama y nos nutre a pesar de nuestros continuos ataques, es un grito, una advertencia, una llamada de atención, busca generar conciencia, de despertar a esta humanidad, de poner un alto a esta destrucción que parece no tener fin.